miércoles, 14 de octubre de 2009

Introducción a El Buscón y la picaresca

Nuevamente (guiño a GGM, por más que reniegue) este grupo de estudiantes de Letras en la Usac presentamos otro “proyecto”. Esta vez, tratamos sobre El Buscón, sus personajes, y luego los comparamos con el máximo exponente de la picaresca: El Lazarillo, haciendo un respectivo análisis de la primera, para poder concluir al respecto de nuestro trabajo. Esperamos que a Vuestra Merced os agrade lo aquí expuesto.



“Nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y costumbres”.
-Francisco de Quevedo.

“Hablar de Quevedo -dice Alberti- es hablar de un poeta extraño, de un alma en claroscuro violento, de un hombre endiablado con fulgores de ángel…”. Satírico por temperamento, con una forma especial de ver y vivir la vida en la que se entremezcla el estoicismo y la picaresca, agudo observador encarcelado, alma dolorida, y como tal, desafiante; crítico mordaz de la mediocridad cortesana, Quevedo es, sin lugar a dudas, el genio del Barroco español. Conoce los reinados de Felipe III (1958) y Felipe IV (1621) las guerras con Francia y los Países Bajos (1624), las sublevaciones de Cataluña y Portugal (1640). En suma, el proceso de decadencia política, económica y social del pueblo español se hace carne en Quevedo. Así toda la realidad condensada en un solo hombre, aflora en su obra literaria, y más específico, en su única novela: El Buscón, recurriendo a temas y argumentos que se centran en la figura protagonista del pícaro, tipo de persona descarada, traviesa y bufona de mal vivir. Es toda esa España del siglo XVII la que se nos presenta en esta obra, y también en El Lazarillo, la que con este trabajo pretendemos analizar a fondo en sus personajes, características y acciones. A continuación exponemos nuestro proyecto a través de este enlace: El Buscón y la picaresca.