miércoles, 30 de septiembre de 2009

El Amante Liberal


Argumento

El Amante Liberal se presenta en tres episodios distintos de la conquista de una dama.
En el primero, Ricardo es un caballero siciliano que está cautivo en Turquía y que cuenta a su amigo, el renegado Mahamut, la causa de su cautiverio.

En Trápani vivía una doncella que se llamaba Leonisa, a cuya gran hermosura los poetas cantaban que tenían los cabellos de oro, y que eran sus ojos dos resplandecientes soles y sus mejillas, purpúreas rosas; sus dientes, perlas; sus labios, rubíes; su garganta, alabastro; y que sus partes con el todo y el todo con sus partes hacían una maravillosa y concertada armonía.
Ricardo se enamora de ella pero no es correspondido, ya que al parecer ella sentía inclinación por Cornelio. Durante una reyerta entre Ricardo y Cornelio y sus parientes en un jardín de la costa, aparecen los turcos y se llevan cautivos a Ricardo y a Leonisa, mientras que Cornelio puede huir a tiempo. Las desventuras les separan, llegando a creer Ricardo que Leonisa había muerto durante una tempestad. Una vez terminado el relato de Ricardo y encontrándose juntos los nobles turcos Ali y Hazán y el cadí de la ciudad, llega un judío que quiere vender una hermosísima cristiana, que no es si no Leonisa.

Alí, Hazán y El Cadí se disputan la propiedad de la bella Leonisa vendida por un judío. El celo de cada uno de los adquisidores tiene como pretexto el deseo de rendir homenaje al Gran Turco, su “señor”, ofreciéndole un presente digno de él. Pero bajo esta competencia aparente en la liberalidad que no es de hecho sino la sobrepuja de la perversión, se traba una justa venal cuyo objeto es la conquista de la dama. Además, el torneo está falseado por la presencia de un árbitro que es tanto juez como participante, y quiere ser el beneficiario de la operación.

En el segundo episodio, los rivales ya no son moros sino cristianos, y el objeto del desafío no es una cristiana sino una mora. En efecto, hacia el final de la novela, la justa venal entre los tres musulmanes pasa a ser una batalla naval. Lo que está en juego sigue siendo la conquista de la dama, sin embargo, la lucha adquiere aquí dimensiones épicas. Ricardo y Mahamut ya tienen preparado otro plan para poder escapar con Leonisa, mientras que Halima también creerá tener preparado el suyo. El bajel del cadí se ve repentinamente atacado por dos naves, una de piratas y otra de cristianos, que realmente no son sino las naves de Ali y de Hazán, que pretenden capturar a Leonisa. Ambas naves lucharán hasta destrozarse. No se trata ya del combate de dos o tres individuos bajo una tienda, sino el enfrentamiento de tres bajeles sobre la inmensidad del mar. Pero, como en el primer episodio, el combate es desleal, montando una farsa.

En el tercero, Ricardo y Mahamut consiguen así hacerse dueños de la situación y retornar felices a Sicilia.Pero Ricardo, al llegar, no quiere ninguna recompensa más que la felicidad de Leonisa. Y por esto, creyendo que ella estaba todavía enamorada de Cornelio, se la entrega generosamente. La propia Leonisa reaccionará manifestando que su voluntad antes dudosa era ahora decididamente favorable a Ricardo. ... y la fama de Ricardo, saliendo de los términos de Sicilia se extendió por todos los de Italia y de otras muchas partes, debajo del nombre de Amante Liberal.

Análisis

Tiempo y espacio de la novela

El Amante Liberal es considerada una de las primeras novelas de la producción de Miguel de Cervantes. Reúne elementos de la novela morisca y la novela bizantina, aunque al mismo tiempo critica implícitamente algunos aspectos bizantinos. En un estudio más profundo esta novela evidencia una estructura narrativa sobre la cual el autor se apoya para dar a conocer una visión personal de la España de su tiempo.

Nos interesamos esencialmente por los problemas del tiempo y del espacio en El Amante Liberal. Esta novela presenta una gran analogía con la entidad novelesca de carácter bizantina, cuyo origen es “un mundo extranjero en el tiempo de la aventuras”. Y es lo que intentaremos demostrar a continuación.

En esta novela al igual que en las bizantinas, la acción se desarrolla en lugares diversos, pero siempre mediterráneos: Sicilia, las islas Fabiniana, Pantellaria y Lampedusa ,la isla de Corfú o las costas de Túnez, Bicerta, la Goleta, Trípoli o las de Chipre y Nicosia. Es interesante señalar que la novela ofrece precisiones geográficas. Cervantes rinde culto a una moda literaria de su tiempo: al mundo musulmán, a la vez familiar y extranjero para el público español, en razón del contexto histórico de la época. En El Amante Liberal, el Mediterráneo es el lugar donde se reúnen los personajes, de razas, clases, religiones y costumbres.


La desgracia individual del héroe se encuadra en una desgracia colectiva nacida del enfrentamiento entre la cristiandad y el islam. La acción se sitúa en la isla de Chipre, poco después de la victoria de Mustafá Bajá sobre Venecia en 1570, es decir, en el momento del apogeo de la potencia turca en el Mediterráneo, período particularmente dramático para España. En esta época Cervantes estaba en Sicilia, donde semejante pérdida fue cruelmente sentida.

En esta novela las aventuras se multiplican en tiempos de duración de ciertos episodios. Suceden a partir del inicio, sin causalidad real, por medio de un encadenamiento fortuito. El esquema de El Amante Liberal se presenta al igual que en las novelas bizantinas: un hombre joven y una muchacha, dotados de belleza y castos, pasan por aventuras antes de ser consumada su unión: separaciones inesperadas, raptos, cautiverios, largos viajes por mar con “la tempestad, el naufragio, la salvación milagrosa, el asalto de los moros, la captura, guerras, combates; los novios vendidos como esclavos, muerte supuesta; reconocimiento y desconocimiento de los enamorados, aparece el amigo de la infancia reencontrado, el entrecruzamiento en que cada enamorado debe desempeñar en relación al otro el papel de tercero en favor de su amo”. El autor emplea, en diversas ocasiones, el término “laberinto” para subrayar esta complejidad de las aventuras y peripecias.

Se pueden observar ciertas variantes de detalle: el origen de los héroes no es misterioso,
su encuentro no es fortuito, no se da ninguna intervención de lo maravilloso (predicción, adivinamiento, premonición...). Una diferencia fundamental merece toda nuestra atención: el amor de Ricardo no es compartido por Leonisa.

Por eso, es importante señalar una divergencia esencial sobre la función del tiempo entre El amante liberal y la novela griego-bizantina. En efecto, en esta el tiempo de la aventura no es sino una inmensa digresión en la historia pasional de los protagonistas. La unión de Ricardo y Leonisa es fatal desde el comienzo, se ve solamente diferida por una serie de obstáculos y puesto que Leonisa rechaza el amor de Ricardo. La aventura va a conducir a la realización de esta unión, no por medio de una evolución psicológica de la heroína, sino por la revelación, a través de momentos sucesivos en la intriga, de los méritos de Ricardo que son señal de una armonía preestablecida. La heroína sale progresivamente de un error sobre el cual reposa toda la intriga.

Las aventuras sirven pues de revelador, lo que les confiere una justificación de la que carecen en la novela bizantina. Esta, pues, es utilizada por Cervantes de una manera totalmente original conservando numerosos elementos bizantinos y utiliza sus ingredientes propios, pero la dinámica novelesca es fundamentalmente diferente. La función del tiempo se modifica radicalmente en el dinamismo de un “desengaño” que nos orienta hacia la unión inicialmente no evidente de Ricardo y Leonisa.

En El Amante Liberal la armonía no viene dada desde el inicio de la novela , sino conquistada en dura lucha por medio de pruebas que atraviesan los personajes.Al héroe ya no le conviene ser el juguete del azar o aquel que debe sin cesar provocar a la fortuna
para calificarse por sus méritos. En la novela se realiza el proyecto narrativo sin gran lujo de acciones físicas. Ricardo descubre repentinamente que no puede ser “liberal de lo ajeno” y Leonisa, cuya voluntad ha quedado conquistada por la liberalidad de Ricardo,
decide entregarse a él y se lo manifiesta en seguida : “Tuya soy, Ricardo, y tuya seré hasta la muerte, si ya otro mejor conocimiento no te mueve a negar la mano que de mi esposo te pido”. Cervantes separa marcadamente de la novela bizantina y de la novela morisca: la dama no es un objeto, simple recompensa para el caballero meritorio, sino que es presentada como la clave de la situación final. Las acciones de Ricardo no son sino preliminares, siendo el libre consentimiento de Leonisa el que conduce al fin de la novela. Ricardo y Leonisa gozan de una iniciativa igual y libertad igual.

Estructura de la novela

La estructura superficial sería bizantina, y la estructura profunda morisca. La novela está dividida en tres episodios que reflejan la actitud del héroe cuyo objeto constante es la conquista de la dama. Sin embargo, existe una diferencia en el concepto de conquista, según se trate para los moros, conquista significa posesión, y la dama queda así reducida a un objeto deseado; para los cristianos, se trata de calificación: el héroe debe obtener por sus méritos el amor de la dama. Mientras que en los cristianos el amor que esta suscita se detiene en la contemplación e incita a una superación de sí mismo, en los musulmanes este amor se convierte en codicia, lascivia y, en contra del código de honor, intenta satisfacerse por medios deshonestos.

Características bizantinas y moriscas


Novela bizantina: Es uno de los principales tipos de prosa narrativa del siglo XVII. Son dos jóvenes (Ricardo y Leonisa) quienes encuentran graves obstáculos para realizar su amor que se lo impiden: forzada separación, viajes peligrosos, naufragios, cautiverio, etc. hasta que, finalmente, consiguen la realización de sus anhelos al encontrarse y comprobar, con satisfacción, que su amor ha permanecido fiel y se ha fortalecido en medio de tantas pruebas y contratiempos arriesgados. Se describen y recrean los ambientes en los que se desarrolla la acción, las vestimentas de los personajes, las costumbres, con gran precisión y detalle.

Novela morisca: Es un género de la prosa narrativa de carácter idealista. Hay colaboración y generosidad entre moros y cristianos. El amor es el sentimiento más elevado, que vence todos los obstáculos. Están idealizados los moros y el mundo en general. Se cultiva un estilo en el que las palabras son precisas y sonoras, utilizando recursos retóricos y poseen un léxico coloquial, fácil de entender. Se describen y recrean los ambientes en los que se desarrolla la acción, las vestimentas de los personajes, las costumbres, con gran precisión y detalle.


Personajes principales

Ricardo: al inicio de la novela él se compara a la condición arruinada y derrotada de la ciudad: “Si como carecéis de sentido, le tuviérades ahora, en esta soledad donde estamos, pudiéramos lamentar juntas nuestras desgracias...”. El comportamiento impulsivo refleja un nivel de inmadurez en cuanto a un entendimiento de sí mismo y de los otros. Es un cautivo de sus propias equivocaciones de entendimiento, lo cual simboliza un estado incompleto de auto-realización.

De igual forma, su primera acción liberal y magnánima, al final, de renunciar a sus pretensiones con Leonisa a favor de Cornelio, y su segunda acción al darse cuenta de la autonomía fundamental de Leonisa y así de lo imposible de “dársela” a cualquier otro hombre, representan un cambio profundo, una realización de una identidad masculina más completa, iluminada y por decirlo así, liberada. Ricardo alcanza al final de la novela un nivel más alto de madurez y sabiduría, y se descubre a sí mismo de una manera más profunda.

Mahamut: a lo largo de la novela se llama “Mahamut” y aun al final, con el regreso a su patria y su reconciliación con la Iglesia, no se indica su nombre “cristiano”. Funciona como indispensable medio o intermedio que les posibilita la reunión de Ricardo y Leonisa y promueve su libertad.

Es un renegado y hace alusiones breves, ambiguas y fragmentarias con respecto a cómo y por qué ha llegado a ser renegado. Por ejemplo se refiere a su condición así: “quizá para que yo te sirva ha traído la fortuna este rodeo de haberme hecho vestir deste hábito, que aborrezco”. Revela la deliberada y constante “integración” forzada de hombres y mujeres no turcos en el imperio otomano. Su gran influencia sobre El Cadí, su amo, este joven es uno de los esclavos favorecidos e influyentes, y así podrá valerse de su influencia para ayudar a Ricardo. Es un hombre que ha cruzado la frontera cultural voluntariamente, viendo lo atractivo de las posibilidades de mejoramiento personal y material que le ofrecía el mundo turco.

Leonisa: mujer cristiana de gran hermosura. Los poetas cantaban que tenían los cabellos de oro, y que eran sus ojos dos resplandecientes soles y sus mejillas, purpúreas rosas; sus dientes, perlas; sus labios, rubíes; su garganta, alabastro; y que sus partes con el todo y el todo con sus partes hacían una maravillosa y concertada armonía. Reacciona manifestando que su voluntad antes dudosa era ahora decididamente favorable a Ricardo, afirmando que la libertad fue siempre de ella y confirmando su derecho a elegir esposo libremente, derecho limitado sólo por la opinión de sus padres, opinión concebida como preámbulo a su propia decisión a favor de Ricardo pidiéndole que se casen.

Para leer en línea la novela siga el enlace: El Amante Liberal.

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